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DULANTZ




Tipo de ruta: Ida y vuelta
Distancia: 10,250 Km.
Desnivel máximo: 164 metros.
Desnivel acumulado: 171 metros.

En esta ruta, muy cómoda por su escaso desnivel y lo marcado de sus sendas, vamos a subir al punto más alto de Urbasa , la cima de Dulantz, que alcanza los 1.243 metros de altura. Partimos del paraje de Otxaportillo, que tiene gran importancia arqueológica ya que aquí se han encontrado algunos de los restos más antiguos de la presencia humana en Navarra. Son hachas de piedra y otros instrumentos líticos que se encontraron en superficie. Los antiguos cazadores prehistóricos de Urbasa debieron habitar en chozas de madera y ramas que no han llegado hasta nosotros. Estos son los puntos de interés principales:
- Subida al Dulantz, cima de Urbasa y cima de primera categoría en Navarra. En su cima veremos un túmulo de anillo, otra de las formas de enterramiento megalíticas que encontramos en el Parque Natural.
- Paisajes de rasos, prados, bosques de pinos y hayedos.
- Veremos tres menhires, uno en excelente estado.
- Pasaremos junto a un extraño corral de piedras naturales que seguramente tuvo uso desde la prehistoria.
Al punto de inicio se llega por la pista que sale a la izquierda de la carretera principal que atraviesa el parque natural. Esta pista empieza a menos de un kilómetro de la entrada al parque por Olazagutía. La tenemos que seguir hasta el final, donde están los restos de la antigua fachada de una casa forestal y donde la pista queda prohibida para vehículos no autorizados.



(Km. 0,00) Empezamos a andar por la pista que es continuación de la que hemos traído.
(Km. 0,330) Dejamos a la derecha una chabola de pastores. Unos metros más adelante primera bifurcación. Tomamos a la izquierda. Empezamos a atravesar una zona de pastos.
(Km. 0,550) A solo 300 metros de la chabola, a la derecha del camino, llama la atención una gran piedra triangular. Es el menhir de Otxaportillo. Está caído pero no tumbado, ya que se mantiene sobre uno de sus laterales. Junto a él, a pocos metros al Sur, se ven varios trozos de piedra que seguramente forman parte de otro menhir que está partido y en muy mal estado.

Continuamos por la pista que está marcada como sendero de pequeño recorrido (PR), con marcas amarillas y blancas. El paisaje es bastante abierto. En esta zona domina el pino silvestre en vez del haya.
(Km. 1,650) A algo más de un kilómetro desde los menhires, a la derecha, a menor altura, encontramos un curioso corral formado por grandes piedras naturales que hacen un círculo.
Hoy se ve que se usa como corral para el ganado, pero sin duda se uso también en la prehistoria. Seguramente también se usara como corral, pero no es descartable que hace milenios tuviera diferente utilidad, incluso ritual. Aunque no está catalogado como yacimiento arqueológico, no sería extraño su uso entre unas gentes donde las piedras tenían una significación especial como acreditan los monumentos megalíticos que levantaron. Dejando volar un poco la imaginación podemos llegar a pensar en un uso sagrado de este espacio circular de 16 metros de diámetro, a modo de gran crómlech natural o recinto de ceremonias o iniciaciones.

(Km. 2.100) Continuamos por la pista hasta llegar a un cruce. Hay que seguir por la derecha.
Tras atravesar el prado entro ya en el dominio del haya. Seguramente nos acompañará en esta parte el campaneo de los cencerros de las vacas que por decenas suelen pastar por aquí.
Pronto dejamos atrás los prados y el camino empieza a atravesar un bosque de hayas.
(Km. 2,860) Desvío a la izquierda. Seguimos avanzando por la pista principal.
(Km. 3,250) Nuevo desvío a la izquierda. Es el camino más pisado.
Entramos en una zona abierta con bastantes enebros y con buenas vistas.
Desde esta zona ya se ve Dulantz. Es el alto redondeado que resalta sobre esta llanura hacia el Sureste.
(Km. 3,650) Una bifurcación. Da lo mismo cual de las dos opciones tomemos ya que van a coincidir de nuevo unos metros más adelante.
(Km. 4,050) Llegamos a unos corrales que están junto a un refugio cerrado. Hay que atravesar un portillo entre los corrales para continuar. Nada más pasar los corrales damos con otro camino con un poste del PR-NA 181-A. Seguimos hacia la derecha.
(Km. 4,500) Ya cerca de Dulantz llegamos a otro menhir tumbado que está a una veintena de metros a la derecha del camino, junto a unos arbustos que amenazan con ocultarlo. Tiene la punta partida. La punta es la piedra que está apoyada ahora en la parte de abajo del menhir. El menhir entero llegaba casi a los tres metros. La parte truncada más grande alcanza ahora más de dos metros.

(Km. 4, 950) Continuamos por la pista. Tenemos que ir atentos para salirnos de la pista para ascender al Dulantz por un sendero que al comienzo está indicado con dos mojones de piedras y que sale a la derecha.











(Km. 5,200) Cima de Dulantz. El vértice geodésico la corona. Con sus 1.243 metros de altura es el punto más alto de Urbasa. También fue especial para los pobladores prehistóricos de Urbasa. En la misma cima hay un túmulo de anillo, llamado así porque está más hundido en el centro. El vértice geodésico está levantado en el mismo borde exterior de este anillo funerario hoy cubierto de hierba. Un lugar muy especial para depositar las cenizas de sus muertos. Desde aquí se extienden ante nosotros grandes panorámicas. Se ve el embalse de Alloz, la Higa de Monreal, la Peña de Izaga y en los días buenos se ven los Pirineos saliendo entre la neblina. Pero lo que más destaca es la sierra de San Donato (Beriain), esa quilla rocosa invertida que corta el horizonte hacia el Norte y que al atardecer enrojece sus cortados sobre los que se alza la ermita.


(Km. 10,250) Después de disfrutar de tan amplias panorámicas sólo queda regresar por donde hemos venido. El prado donde encontramos el primer menhir adquiere colores especiales con las últimas luces de la tarde. La punta del monumento megalítico hoy caído parece buscar el sol poniente. Volvemos al coche con la satisfacción de haber recorrido lugares antiguos y bellos, de paisajes, menhires, bosques y prados. Parajes donde se respira una tranquilidad milenaria que llevaremos con nosotros a la civilización…

Si te ha gustado, o no, la ruta te agradecería que la comentaras. Gracias
.
Los tracks y waypoints de la ruta se pueden descargar aquí.

Mas rutas de Julio Asunción en este link.

CUEVA DE LUBIERRI Y TEJO DE OTXAPORTILLO
















Tipo de ruta: Circular.
Distancia: 11,700 Km.
Desnivel máximo: 182 metros.
Ascensión acumulada: 192 metros.

En esta ruta, sin apenas desnivel, vamos a recorrer bosques de hayas entre dolinas, esto es, depresiones en el terreno que a modo de embudos son propias de los relieves cársticos. Las dolinas se forman a partir de aguas pluviales que se encharcan, disuelven el terreno y se infiltran en él. Son sumideros naturales por donde el agua desaparece hacia los acuíferos subterráneos. Estos son los puntos de interés principales:
- Bosques de hayas y dolinas, el paisaje cárstico de Urbasa en estado puro. Veremos a vista de pájaro la dolina de Zulo Haundia de más de medio kilómetro de diámetro y más de 100 metros de desnivel negativo.
- Veremos tres dólmenes y un menhir. El menhir de Bretxaga es uno de los mejor conservados de Navarra.
- La cueva de Lubierri, de fácil recorrido pero muy interesante.
- Visitaremos el Tejo de Otxaportillo uno de los pocos árboles que están declarados monumento natural en la Comunidad Foral y por lo tanto uno de los árboles más importantes y protegidos del Parque Natural de Urbasa.

Esta ruta comienza en los prados de Eskiza. Para llegar al punto de inicio hay que tomar la pista de Otxoportillo que sale a la izquierda de la carretera principal que atraviesa el parque natural. Esta pista empieza a menos de un kilómetro de la entrada al parque por Olazagutía. A los cuatro kilómetros la pista asfaltada deja momentáneamente el bosque y entra en los prados de Eskiza. La carretera atraviesa este raso con abundantes dolinas y cuando va a entrar de nuevo en el bosque vemos una pista de tierra que nace a la izquierda de la pista principal con una señal que solo permite el paso a vehículos autorizados.

(Km. 0,00) Dejamos el vehículo aparcado aquí y comenzamos la caminata por la pista. A la izquierda vemos una rústica cruz. Tras acercarnos a ella volvemos de nuevo a la pista que se dirige hacia el Noreste.
(Km. 0,450) La pista gira hacia la derecha, tomando rumbo Este y se interna en el hayedo.
(Km. 0,840) El primer objetivo importante de la ruta es el menhir de Bretxaga. Aunque está a pocos metros de la pista pasa casi siempre desapercibido para los excursionistas, lo que es una pena ya que es de los mejores menhires que podemos ver en Navarra. Tras haber entrado en el bosque, la pista inicia un ascenso, no muy fuerte pero continuado. Cuando la pista se nivela un poco decreciendo el desnivel, justo antes de que de un ligero giro a la izquierda seguido de otro ligero giro a la derecha, hay que abandonar la pista y subir la loma que nos queda a la derecha, porque encima de la loma, a 140 metros en línea recta está el menhir de Bretxaga.
El menhir aun se mantiene en pie en el claro que aquí hace el bosque, lo que lo hace más singular ya que la mayoría de los menhires conservados están tumbados. Mide de largo 2 metros y medio y sesenta centímetros de ancho. El menhir está orientado al Sureste, de la mejor manera para seguir el recorrido del sol en las primeras horas del día.



(Km. 3,700) De vuelta a la pista continuamos rodeados de hayas durante algo más de tres kilómetros y medio. La pista pasa junto a una gran dolina que queda a la izquierda. Nos asomamos a ella y a la derecha vemos la gran boca de la cueva de Lubierri. La entrada tiene más de 10 metros de anchura y más de cuatro de altura. Nos podemos sumergir sin peligro en ese mundo de penumbras tan sugerente que es una cueva. Seguro que los habitantes prehistóricos de Urbasa hicieron uso de esta cavidad, bien como vivienda o bien como redil de ganado. Conviene llevar linterna para explorarla.
Otro de los encantos de esta cueva es que se puede atravesar en su totalidad (casi 100 metros de recorrido) y salir por su boca Este, más pequeña pero con formaciones calizas.
Tras disfrutar de la aventura que siempre supone una cueva ahora vamos a buscar dos dólmenes cercanos y a obtener una buena panorámica de la dolina Zulo Haundia. Para ello, al salir de la cueva por la entrada Este subimos al pedregal que hay por encima de la boca de la cavidad. Hay que atravesar el pedregal hacia el Norte.

(Km. 4,050) Tras atravesar 150 metros de camino poco cómodo entre las piedras enlazamos con otra pista y la seguimos hacia la derecha.
(Km. 4,240) Siguiendo doscientos metros la pista se llega a una zona de roquedo donde se tiene una buena panorámica del parque natural. Justo debajo nuestro vemos una gran dolina circular totalmente cubierta de hayas con un desnivel negativo que llega a los 100 metros. Es el Zulo (agujero) Haundia, seguramente la dolina más grande e Urbasa.


(Km. 4,600) Volvemos sobre nuestros pasos siguiendo la pista en dirección Oeste hasta llegar a un cruce de caminos. Hay aquí cuatro pistas. Una a la izquierda, una justo a la derecha que parece que vuelve en la misma dirección, y otra segunda a la derecha que es la que tenemos que coger. Hay marcas amarillas y blancas de sendero de pequeño recorrido.
(Km. 4,700) Enseguida llegamos al dolmen de Lubierri 1. Destaca el túmulo que además está al lado de una dolina. Conserva dos piedras de la cámara funeraria.
Desde el dolmen el camino no está bien definido y tenemos que avanzar siguiendo el cordal, sin perder altura, en dirección Este.


(Km. 5,000) A trescientos metros damos con el dolmen Lubierri 2, también señalado por el Gobierno de Navarra con una placa en el suelo. Este se conserva peor que el otro, tanto el túmulo como la cámara. De la cámara hay varias grandes piedras movidas de su posición original y caídas sobre el túmulo.
Desde aquí se puede volver por el mismo camino a la cueva y al punto de inicio. Pero he incluido un amplio desvío para ver el Tejo de Otxaportillo, uno de los árboles declarados monumentos naturales de Navarra. Para llegar a él hace falta el GPS o una brújula y buena orientación.
(Km 5,350)) Desde el segundo dolmen hay que ir campo a través, atravesando el bosque de hayas, en dirección Sur durante algo más de 300 metros, hasta enlazar de nuevo con la pista por la que habíamos ido hacia la cueva. En la pista tirar hacia la izquierda.
(Km. 5,540)) Hay que salirse de la pista principal por la izquierda a un claro en el bosque. Desde aquí toca la aventura de sumergirse en el bosque sin caminos marcados. Nos internamos en el arbolado y nos dirigimos en dirección Sur-Sureste rodeando dolinas y buscando el mejor camino posible. El objetivo es buscar la pista ancha que lleva a Otxaportillo ya que el tejo está cerca de la misma. Advierto que sin GPS encontrar el Tejo monumental es un buen ejercicio de orientación.
(Km. 7,00) El tejo se encuentra a poco más de 100 metros de la pista sobre un alto pedregoso y rodeado de hayas. El color más oscuro de sus hojas nos ayudará a dar con él. Yo llegué al tejo antes de llegar a la pista. Para quien llegue a la pista de Otxaportillo sin encontrarlo lo que tiene que hacer es buscar desde la pista principal otra que está prohibida para el paso de vehículos no autorizados. Esta pista la encontrará siguiendo hacia la izquierda la pista principal si desde el desvío campo a través se ha seguido la dirección Sur sin desviarse. Esta pista secundaria prohibida para vehículos da un giro a la izquierda a pocos metros de su inicio seguido de otro más cerrado a la derecha. Justo en esta última curva vemos un pedregal a la derecha de la pista. Lo subimos campo a través y lo atravesamos hacia el Este-Noreste 150 metros para dar con el tejo.
El tejo mide casi cuatro metros de diámetro. Sólo hay tres tejos en toda Navarra considerados monumentos naturales. Aguanta estoico y solitario, habiendo conquistado esta zona pedregosa donde las dueñas de Urbasa, las hayas le han dejado respirar. Este árbol es el abuelo en edad de todos los árboles que vemos alrededor.


(Km. 7,150) Desde el tejo, al Sur, entre la maleza ya vemos la pista de Otxaportillo. Vamos a la pista y ahora la seguimos a la derecha para volver al coche.
(Km. 10,200) Llegada al coche, pero todavía podemos hacer un desvío muy interesante para dar con el dolmen de Armorkora Haundi. De nuevo hay que seguir el GPS o confiar en la orientación y en un poco de suerte para dar con él.
El dolmen está a 630 metros en dirección Sur-Suroeste desde el aparcamiento. Todo el camino es campo a través, sin sendero, entre el bosque de hayas.


(Km. 10,750) Cerca del dolmen hay los restos de varias cabañas de piedra, seguramente de pastores. Cerca de ellas me llamaron la atención varias piedras hincadas alineadas, como pequeños menhires de un metro de altura, juntas y en fila. Es la primera vez que veo una cosa parecida. Seguramente tenga que ver con las ruinas de cabañas cercanas y sea moderno, pero también podrían tener alguna otra función que se nos escapa y ser restos más antiguos. A menos de 100 metros al Sur de esta curiosa estructura de piedras hincadas en el suelo esta…

(Km. 10,900) …el dolmen de Armorkora Haundi. De los tres dólmenes de la ruta este es el más espectacular. Aunque la cámara no se conserva bien, destaca la gran estructura tumular de piedras cuyo color blanquecino resalta en el claro donde se encuentra.


(Km. 11,700) Tras visitar el dolmen sólo queda regresar al coche.

Si te ha gustado, o no, la ruta te agradecería que la comentaras. Gracias.

Los tracks y waypoints de la ruta se pueden descargar aquí.

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Introducción




El Parque Natural de Urbasa es una de las grandes joyas naturales de Navarra. Pero también es una joya de la arqueología. El símbolo del parque es un dolmen, pero, curiosamente, muchos de los que lo visitan llenan sus retinas de hayas y rasos donde pastan caballos, ovejas y vacas, pero dejan el parque sin conocer esta riqueza patrimonial que son los monumentos megalíticos.
Urbasa fue hogar de los primeros habitantes de Navarra. Aquí se encontrado restos de la ocupación humana más antigua de Navarra. Otxaportillo, Mugardua, Portugain son algunos de los yacimientos de la más lejana Historia de Navarra, hace más de 100.000 años. Luego los pastores prehistóricos habitaron este altiplano y dejaron decenas de monumentos megalíticos hace más de 3.000 años. Menhires y dólmenes, piedras de religiosidad ancestral, que suelen pasar desapercibidos. Muchos caminantes recorren Urbasa y pasan a pocos metros de ellos sin reconocerlos y pierden el sentir, el imaginar esos ritos antiguos, esos significados que hoy se nos ocultan. Estas rutas además de recorrer parajes naturales de gran belleza, dan a conocer al caminante algunos de estos monumentos prehistóricos. En pocos sitios se da una conjunción de naturaleza y prehistoria tan atrayente como en Urbasa.